Esta imagen es la más detallada vista de Dactyl, la
recientemente descubierta luna del asteroide Ida.
Dactyl es sorprendentemente redondo, midiendo cerca de 1,2 x 1,4 x 1,6
Kilómetros.
Más de una docena de cráteres mayores que 80 metros de diámetro son
claramente evidentes.
El cráter mayor, en el terminador, es de cerca de 300 metros de diámetro.
Agosto 28, 1993. Distancia, 3,900 Kilómetros. P-44297
Captada a través del filtro transparente de banda ancha
de la cámara, como parte de un mosaico de 30 cuadros diseñado para fotografiar
al asteroide Ida mismo, este cuadro capturó la previamente desconocida luna,
tan sólo 4 minutos antes del acercamiento máximo de la nave a Ida.
Detalles tan pequeños como 78 metros, son visibles en la superficie de la luna.
Al momento de captar esta imagen, Ida estaba a cerca de 90 Kilómetros de
Dactyl, fuera de este encuadre, hacia la izquierda y algo hacia abajo del
centro.
El gran número de cráteres indica que esta luna ha
sufrido numerosas colisiones con restos menores del sistema Solar durante su
historia.
Se pueden observar cráteres en todos los cuerpos sólidos del Sistema Solar en
los que no ocurre desgaste de la superficie por meteorización, y también en
algunos en los que esto si ocurre.
El bombardeo de meteoroides es una forma de meteorización - por esto las
características están suavizadas y un regolito (una capa externa de tierra
fina y rocas sueltas) existe.
Igual que un bebé recién nacido, la pequeña luna de Ida
requería un nombre. Pero, a diferencia de un niño, el nombre de la luna
tendría que ser aprobado por la Unión Astronómica Internacional (IAU).
Como descubridores de la luna, el Proyecto Galileo tuvo el honor de recomendar
un nombre a la IAU, que aprobó el nombre Dactyl en el otoño de 1994.
Miembros del equipo del Galileo hicieron sus propias
sugerencias, como "Ho" y "Lupino" (por Ida Lupino, la
conocida actriz de los años '30 y '40).
El Proyecto Galileo invitó al público general a sugerir nombres, y fue una de
estas sugerencias la que dio a Dactyl su nombre.
El nombre es derivado de los Dactyli, un grupo de seres
mitológicos Griegos que vivían en el monte Ida, donde el infante Zeus fue
ocultado de su padre Cronus, que sabía que Zeus lo depondría algún día.
Según algunas fuentes, Zeus - cuyo nombre romano es Júpiter - fue criado por
la ninfa Ida y protegido por los Dactyli, que bailaban alrededor de la cueva en
la que Zeus estaba oculto, para hacer ruido que ahogara el llanto del infante
Zeus.
Los padres modernos, por supuesto, prefieren usar el estéreo.
La craterización también afecta el ambiente de la
Tierra.
La atmósfera de la Tierra nos protege de multitud de pequeños restos, del
tamaño de granos de arena o piedrecíllas, miles de las cuales bombardean
nuestro planeta cada día, y de la mayoría de los meteoritos rocosos hasta
cerca de los 10 metros de diámetro.
Pero caídas mayores pueden tener un serio impacto: por ejemplo, el evento de
Tunguska en 1908 (que arrasó 2.200 Kilómetros cuadrados de bosques Siberianos)
fue un meteorito rocoso en la clase de los 100 metros.
El famoso cráter meteórico en el Norte de Arizona, de cerca de 1.219 metros de
diámetro y 183 metros de profundidad, fue creado hace 50.000 años por un
meteorito de hierro-níquel, de quizás 60 metros de diámetro.
Caídas de esta clase ocurren una o dos veces cada 1.000 años.
Hay ahora más de 100 estructuras con forma de anillo en
la Tierra, reconocidas definitivamente como cráteres de impacto.
La mayoría de ellos no son obviamente cráteres, su identidad está enmascarada
por la fuerte erosión durante siglos, pero los minerales y rocas impactadas
presentes, hacen claro que un impacto fue su causa.
Aunque los científicos todavía están trabajando con la data de los acercamientos del Galileo a los asteroides, hemos descubierto mucho ya, acerca de ellos.
Lo más notorio acerca de la superficie de Gaspra, son sus
grandes depresiones, abolladuras, crestas, y cráteres.
Algunos de estos cráteres son tan anchos como 1,5 Kilómetros - indicando, por
ejemplo, un impacto con un cuerpo de 100 metros en tamaño, viajando a 5
Kilómetros por segundo.
Gaspra ha probablemente existido en su presente forma, durante los últimos 200
a 500 millones de años.
Otra observación inicial es que su albedo (o reflectividad) es relativamente
homogéneo, aunque hay variaciones notorias en albedo y color cercanas al nivel
de 10 por ciento.
Alguna data sugiere diferencias en composición entre los hemisferios Norte y
Sur de Gaspra.
Puesto que la fuerza gravitacional es tan baja, cuando
algo impacta con Gaspra, la mayoría del polvo y el material resultante de la
colisión se aleja del asteroide.
En estas condiciones, los científicos esperaban ver cráteres y crestas
nítidamente definidos, puesto que debió quedar poco, si acaso, resto en la
superficie (llamado regolito).
Lo que es sorprendente sobre Gaspra, entonces, es su suave apariencia.
Hay una pequeña capa de regolito en su superficie. Por ahora, los científicos
no pueden decir que tan profunda podría ser esta capa, pero estimaciones
iniciales van desde unos pocos centímetros a unos pocos metros.
Los científicos si notan, con alivio, que el Detector de Polvo no registró un
incremento en los impactos de polvo durante el encuentro, indicando un ambiente
relativamente "limpio" alrededor del asteroide.
Otra data del acercamiento de Gaspra sugiere que el
asteroide podría tener un campo magnético.
Si Gaspra tiene un momento magnético permanente, el hallazgo podría tener
injerencia sobre su historia térmica, e implicaciones para la historia del
campo magnético del Sistema Solar primitivo, y darnos más razón para creer
que algunos asteroides son muy ricos en hierro o aleaciones de hierro-níquel de
considerable valor económico.
Análisis de la posible órbita de Dactyl, proveyó el
primer estimado preciso de la densidad de un asteroide tipo-S (tipo de hierro
rocoso) - otro logro del Galileo !
Estimados preliminares de la densidad de Ida, están en el rango de 1,9 a 3,2
gramos por centímetro cúbico.
Este rango de densidades está sorprendente bien restringido, y sugiere que Ida
es bastante poroso y/o hecho de rocas bastante livianas.
Este resultado ya excluye varias clases de rocas ígneas densas que habían sido
previamente sugeridas como los componentes primarios de la composición de Ida.
Trabajo ulterior sobre la estabilidad de las posibles
órbitas de Dactyl, y un más preciso análisis de él, pueden llevar a una
mejor determinación de tanto la densidad de Ida, como la órbita de Dactyl.
Estos, combinados con otros trabajos en curso sobre su color, propiedades
espectrales, y geología de la superficie de Ida, se espera que lleven a avances
considerables en nuestro conocimiento de la naturaleza de los asteroides y de lo
que ellos pueden decirnos acerca de nacimiento de los planetas.
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