Los Sentidos |
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Oído
· Oído externoComprende
el pabellón auricular o auditivo - la “oreja”- (lóbulo externo del oído)
y el conducto auditivo externo, que mide tres centímetros de longitud. El
conducto auditivo medio posee pelos y glándulas secretoras de cera. Su
función es canalizar y dirigir las ondas sonoras hacia el oído medio. · Oído medioEs
un conducto estrecho, o fisura, que se extiende unos quince milímetros en
un recorrido vertical y otros quince en recorrido horizontal Es
hueco, lleno de aire, limitando de un lado por el tímpano y del otro por
la ventana oval y la ventana redonda, que lo comunican con el oído
interno. Está en comunicación directa con la nariz y la garganta a
través de la trompa de Eustaquio, que permite la entrada y la salida de
aire del oído medio para equilibrar las diferencias de presión entre éste
y el exterior. Hay
una cadena formada por cuatro huesos pequeños y móviles (huesecillos)
que atraviesa el oído medio. Estos cuatro huesos reciben los nombres
de martillo, yunque, lenticular y estribo. Los cuatro conectan acústicamente
el tímpano con el oído interno, transmitiendo las vibraciones del tímpano
amplificadas a la fenestra ovalis. · Oído internoEl
oído interno o laberinto se encuentra en el interior del hueso temporal
que contiene los órganos auditivos y del equilibrio, que están inervados
por los filamentos del nervio auditivo. Está lleno de líquido y tiene
tres cavidades: el vestíbulo,
dividido en dos partes, utrículo y sáculo; los
tres canales semicirculares, órgano del sentido del equilibrio, (están
llenos de endolinfa); y el caracol
o cóclea, largo tubo arrollado en espiral donde se encuentran las células
receptoras de los sonidos, provistas de cilios, cada una de las cuales está
adaptada para la recepción de sonidos de un tono determinado. Las
fibras nerviosas que salen del caracol y de los canales semicirculares
se reúnen para formar el nervio acústico, que sale del sáculo por un
tubo que atraviesa el hueso temporal hasta la cavidad craneana. Cómo se oye
El
rango de audición, igual que el de visión, varía de unas personas a
otras. El rango máximo de audición en el hombre incluye frecuencias de
sonido desde 16 hasta 28.000 ciclos por segundo. El menor cambio de tono
que puede ser captado por el oído varía en función del tono y del
volumen. Los oídos humanos más sensibles son capaces de detectar cambios
en la frecuencia de vibración (tono) que correspondan al 0,03% de la
frecuencia original, en el rango comprendido entre 500 y 8.000
vibraciones por segundo. El oído es menos sensible a los cambios de
frecuencia si se trata de sonidos de frecuencia o de intensidad bajas. La
sensibilidad del oído a la intensidad del sonido (volumen) también varía
con la frecuencia. La sensibilidad a los cambios de volumen es mayor entre
los 1.000 y los 3.000 ciclos, de manera que se pueden detectar cambios
de un decibelio. Esta sensibilidad es menor cuando se reducen los niveles
de intensidad de sonido. Las
diferencias en la sensibilidad del oído a los sonidos fuertes causan
varios fenómenos importantes. Los tonos muy altos producen tonos diferentes
en el oído, que no están presentes en el tono original. Es probable que
estos tonos subjetivos estén producidos por imperfecciones en la función
natural del oído medio. Las discordancias de la tonalidad que producen
los incrementos grandes de la intensidad de sonido, es consecuencia de los
tonos subjetivos que se producen en el oído. Esto ocurre, por ejemplo,
cuando el control del volumen de un aparato de radio está ajustado. La intensidad
de un tono puro también afecta a su entonación. Los tonos altos pueden
incrementar hasta una nota de la escala musical; los tonos bajos tienden a
hacerse cada vez más bajos a medida que aumenta la intensidad del sonido.
Este efecto sólo se percibe en tonos puros. Puesto que la mayoría de los
tonos musicales son complejos, por lo general, la audición no se ve
afectada por este fenómeno de un modo apreciable. Cuando se enmascaran sonidos,
la producción de armonías de tonos más bajos en el oído puede amortiguar
la percepción de los tonos más altos. El enmascaramiento es lo que hace
necesario elevar la propia voz para poder ser oído en lugares ruidosos. EquilibrioLos
canales semicirculares y el vestíbulo están relacionados con el sentido
del equilibrio. En estos canales hay pelos similares a los del órgano
de Corti, y detectan los cambios de posición de la cabeza. Los
tres canales semicirculares se extienden desde el vestíbulo formando ángulos
más o menos rectos entre sí, lo cual permite que los órganos
sensoriales registren los movimientos que la cabeza realiza en cada uno
de los tres planos del espacio: arriba y abajo, hacia adelante y hacia
atrás, y hacia la izquierda o hacia la derecha. Sobre las células
pilosas del vestíbulo se encuentran unos cristales de carbonato de calcio,
conocidos en lenguaje técnico como otolitos y en lenguaje coloquial como
arenilla del oído. Cuando la cabeza está inclinada, los otolitos cambian
de posición y los pelos que se encuentran debajo responden al cambio de
presión. Los ojos y ciertas células sensoriales de la piel y de tejidos
internos, también ayudan a mantener el equilibrio; pero cuando el
laberinto del oído está dañado, o destruido, se producen problemas de
equilibrio. Es posible que quien padezca una enfermedad o un problema en
el oído interno no pueda mantenerse de pie con los ojos cerrados sin
tambalearse o sin caerse. |