Beber
Responsablemente
Las
actitudes responsables hacia la bebida deben servir para comportarnos de
tal manera que nunca tengamos que sentirnos avergonzados o arrepentidos de
nuestra conducta. Así, para el individuo que bebe ocasionalmente o con
regularidad, pero que no es un alcohólico y está consciente del peligro
de llegar a serlo, existen ciertas normas o reglas que le permiten con
seguridad evitar el estado de ebriedad y sus consecuencias. Tales normas,
traducidas a consejos que pueden servir a toda persona, son las siguientes:
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Reconoce
tus verdaderos límites. Casi todos los individuos que beben tienden a
presumir que “aguantan” más que otros, pero esto es algo sin
sentido. Aparte de que el “aguante” mayor o menor no es motivo de
orgullo, casi siempre se produce un autoengaño al no querer reconocer
que se está ebrio cuando ya los demás lo notan con seguridad.
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No
tomes rápidamente. Bebe para disfrutar y degustar tu bebida, no para
buscar los efectos del alcohol. Como observación, sabemos que el
bebedor que “se adelanta” y que apura a sus compañeros “para
que no se le queden atrás”, es por lo regular alguien que no se
detiene fácilmente y que casi siempre llega a la embriaguez.
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Si
comes fuera de tu casa y tienes que regresar manejando tu automóvil,
es preferible que no ingieras alcohol. En todo caso, bebe
moderadamente y con la comida, nunca después. Está plenamente
comprobado que la capacidad de conducir un vehículo disminuye mucho
incluso con bajos niveles de alcohol en la sangre.
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Siempre
que puedas, evita la bebida fuera del ambiente familiar. Muchos de
quienes toman en los bares (no todos, por supuesto) buscan más bien
los efectos del alcohol que la relación social. Esto no quiere decir
que el “tomar la copa con los amigos” sea una irresponsabilidad,
todo dependerá de si se respetan las “reglas” que estamos
recomendando.
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No
tomes para “relajarte” o tranquilizarte, cuando lo que realmente
necesitas es un cambio de actividad o un poco de descanso. Tomar cada
vez que estás intranquilo, preocupado o deprimido, puede convertir al
alcohol en una necesidad que te conduzca hacia el alcoholismo
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