El Alcoholismo |
Por que se sufren recaidas El Alcoholismo Entre
80% y 90% de las personas tratadas para el alcoholismo sufren recaídas -incluso
después de años de abstinencia. Los pacientes deben entender que las
recaídas del alcoholismo son análogas a las erupciones recurrentes de
las enfermedades físicas crónicas. Un estudio encontró que tres
factores colocaban a una persona en alto riesgo para una recaída: la
frustración y la ira, la presión social y la tentación interna. El
tratamiento para las recaídas, sin embargo, no siempre requiere comenzar
desde el nada (partir de cero) con desintoxicación o la admisión a un
ambiente de hospitalización; a menudo, la abstinencia puede empezar el próximo
día. Perdonándose a si mismo(a) y la persistencia son rasgos esenciales
para la recuperación permanente. Estrés mental y emocional El
alcohol bloquea el dolor emocional y a menudo se percibe como un amigo
fiel cuando las relaciones humanas fracasan; también se asocia con la
libertad y una pérdida de inhibición que compensa las rutinas diarias.
Cuando la persona alcohólica trata de dejar de beber, el cerebro
busca restaurar lo que percibe como su propio equilibrio. Las mejores
armas del cerebro contra la abstinencia son la depresión y la ansiedad (los
equivalentes emocionales al dolor físico) que continúan atrayendo a la
persona alcohólica hacia el beber mucho más después de que los síntomas
de abstinencia físicos se hayan detenido. Ni la inteligencia es un aliado
en este proceso, porque el cerebro empleará todos sus poderes de
racionalización para persuadir al paciente a que regrese a beber. Es
importante darse cuenta de que cualquier cambio de vida puede causar
aflicción temporal y ansiedad, hasta cambios para el bien. Con el tiempo
y la sustitución de otros placeres saludables, esta conmoción emocional
se debilita y puede superarse. Relaciones sociales y la codependencia Uno
de los problemas más difíciles que una persona con alcoholismo enfrenta
es estando alrededor de las personas que pueden beber socialmente sin
peligro. Un sentido de aislamiento, una pérdida de gozo y la creencia del
exbebedor de que lástima -no respeto- guia el comportamiento de un(a)
amigo(a), puede conducir a la soledad, a la autoestima baja y a un deseo
fuerte para beber. Los amigos cercanos y hasta los compañeros íntimos
pueden tener dificultades en cambiar sus respuestas a esta nueva relación
sobria y, aún peor, promover un retorno al beber. Los cónyuges pueden
haber construido sus propias autoimágenes sobre el sobrevivir de sus
parejas o el manejo de sus comportamientos difíciles y encuentran el
significado de sus vidas amenazados por la abstinencia. Los amigos quizás
no acepten fácilmente al amigo(a) sobrio(a) y tal vez más calmado(a). En
tales casos, si los compañeros o amigos no pueden cambiar, entonces la
separación puede ser necesaria para la supervivencia. No es nada extraño
que, cuando confrontada con tales pérdidas, una persona regresa al beber.
El mejor curso en estos casos es promover a los amigos y miembros de
familia cercanos que busquen la ayuda también. Afortunadamente, grupos
como Al-Anon existen para esta finalidad. Presiones sociales y culturales Los medios de comunicación representan los placeres y el humor de beber en anuncios y en la programación. Los beneficios médicos de beber leve a moderadamente con frecuencia se divulgan, dando a los exbebedores la excusa espuria de regresar al alcohol para su salud.
Riesgos y Beneficios de Beber Moderadamente Las personas que no deben beber bajo ninguna circunstancia son aquellas menores de 21 años, que tienen dependencia en el alcohol u otros problemas médicos, que están tomando medicamentos que interactúan con el alcohol, y las mujeres que están embarazadas. Las personas no deben beber antes de conducir u ocuparse en las actividades que requieren habilidad y atención. Un estudio reciente de los pacientes de sala de emergencias encontró que habiendo tomado más de una bebida duplicaba el riesgo para la lesión y más de cuatro bebidas aumentaba el riesgo once veces. Muchos adultos sanos pueden derivar algunas prestaciones salubres del beber leve a moderadamente, que en general se define como no más de una bebida al día para las mujeres y no más de dos para los hombres. Una bebida consta generalmente de 12-oz de cerveza, 5 oz de vino, o 1.5 oz de licor de una graduación de 80. Un estudio reciente definió el beber problemático en los hombres como ser más de 4 bebidas en un día o un máximo de 16 bebidas por semana y en las mujeres como 3 por día y 12 por semana. El beber leve a moderadamente parece tener ciertos beneficios sobre los niveles de colesterol, incluyendo elevar los niveles de colesterol de HDL (altos niveles de HDL se consideran buenos) y reducir el riesgo de la cardiopatía. En los ancianos, puede estimular el apetito, ayudar a promover la función intestinal regular y mejorar el estado de ánimo. Puede reducir el riesgo de los accidentes cerebrovasculares causados por el endurecimiento de las arterias (aunque aumenta el riesgo del tipo de accidente cerebrovascular menos común, el cual es causado por hemorragia.)
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