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En el "Quijote" confluyen todos los géneros literarios vigentes en la época de su composión. Un análisis somero del capítulo VI, "Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo", nos revela como la crítica literaria que Cervantes hace va dirigido a todos los géneros literarios y no solamente a los libros de caballerías. Desde luego, en el "Quijote" se hace alusión directa a los libros de caballerías, pero los elementos y rasgos de este género no se encuentran el el texto en sí, sino tan sólo en la imaginación demente de don Quijote. Cervantes tenía una onda preocupación por todos los géneros literarios, los cuales cultiva en su obra. Ejemplos de los diferentes géneros se encuentran repartidos en distintos episodios o historias intercaladas. Estos géneros se encuentran también entretejidos en la textura global de la obra. El primer género que salta a la vista, siguiendo el orden del desarrollo de la acción de la novela, es el de la novela pastoril. El primer y más claro ejemplo de la presencia de la novela pastoril en el texto lo encontramos en el episodio de Grisóstomo Y Marcela. Este episodio consiste en la historia de un amor no correspondido y una deliberación sobre el tema del amor. Ambos elementos son tipicamente característicos de la novela pastoril. Este episodio contiene además una abundancia de elementos poéticos (otra característica de la novela pastoril), tanto por los versos intercalados de Grisóstomo como por el léxico delicado de Marcela. Cervantes presenta este episodio al estilo pastoril en forma condenatoria, ya que Grisóstimo muere condenado por su obstinación, así como también por la crítica que hace Marcela del amor cortés. En el episodio de la Sierra Morena se vuelven a reproducir todos estos elementos pastoriles. En el episodio de los galeotes encontramos una representación de la novela picaresca. Las narraciones de los condendos a la galeras son una serie de historias picarescas. Por medio de las narraciones de estos pícaros, Cervantes nos presenta las bajas realidades del mundo y una crítica social. Esto se ilustra claramente en el diálogo entre don Quijote y el tercer galeote. El tercer galeote va preso, según él, por la falta de diez ducados. Muy inocentemente, don Quijote le ofrece el doble con tal de librarle de su pesadumbre, a lo que el galeote le responde: " Si a su tiempo tuviera yo esos veinte ducados que vuestra merced ahora me ofrece, hubiera untado con ellos la péndola del escribano y avivado el ingenio del procurador, de manera que hoy me viera en mitad de la plaza de Zocodover, de Toledo, y no en este camino, atraillado…" La respuesta del galeote es una obvia alusión al soborno que siempre las autoridades están dispuestas recibir de parte de los elementos criminales. En general, todas Las narraciones de los galeotes versan sobre actividaes ilícitas y deshonestas (característica típica del género picaresco). Recordemos que en este episodio se hace mención directa, en son de burla, a este género por boca de Ginesillo que supuestamente está escribiendo una novela picaresca. Parece que Cervantes critica ciertas limitaciones de este género, al alegar Ginesillo que no había podido terminar el libro porque no había todavía terminado su vida. Los cuadros de costumbres están íntimamente ligados a la novela picaresca. Estos cuadros de costumbres retratan tipos y costumbres de la realidad contemporánea de Cervantes. Cervantes, por medio del "Quijote" nos retrata la realidad social de su época. Esto, desde luego, lo percibimos a través de todo el "Quijote", pero más específicamente en el episodio de los galeotes. El uso del lenguaje de germanías ayuda a retratar con gran realismo a estos tipos criminales. La novela del "Curioso impertinente" es un ejemplo evidente de la incorporación de la novela sentimental al estilo italiano en el "Quijote". Este tipo de novela se caracteriza por sus complicadas intrigas de amores que suelen acabar en tragedia. Todas esta características son exaltadas con gran maestría por Cervantes. En el "Curiso impertinente" Cervantes utiliza también la técnica de insertar el relato dentro del marco de una reunón amistosa (técnica italiana): se encuentran de noche una venta, el ventero, su hija, su mujer, Maritormes, maese Nicolás, el cura, Cardenio, Dorotea y Sancho en una entrenida charla sobre los libros de caballerías, cuando de repente el cura descurbre en la maleta del ventero la novela del "Curioso impertinente" y le dan lectura. La acción de esta novel se representa en la consciencia de los oyentes semejando una representación teatral, aunque es en el episodio del retablo de maese Pedro donde se encuentra mejor trazado el género dramático. Podemos también distinguir elementos de la novela bizantina, género novelesco de viajes, aventuras y peripecias, en el episodio del capitán cautivo. Este episodio se diferencia de dicho género en que carece de elementos irreales y escenarios imaginarios, ya que este episodio es de caracter autobiográfico. Como ya mencioné anteriormente, todos estos géneros literrios se encuentran entretejidos en la textura misma de la obra. La presencia de estos géneros en la obra no se limita a los episodios aislados que han mencionado, sino que están repartidos y amalgamados en la estructura misma de la obra. Los géneros picaresco y pastoril son los principales géneros que confluyen y se mergen en el "Quijote". La idealización del pasado, la espiritualización del amor mundano, los rasgos poéticos de la prosa y los versos intercalados son elementos de la novela pastoril que se encuentran a través de todo el "Quijote". En contraste con la tendencia idealizante del género pastoril, encontramos en el "Quijote" una actitud irónica ante la vida, típica de la novela picaresca. Otros aspectos del género picaresco que se encuentran en el "Quijote" son: la vida y la actualidad cotidiana en todos sus aspectos; la representación de toda la gama de estratos sociales (desde aristócratas como don Fernando hasta criminales como Ginesillo); el andar libre y el constante viajar de don Quijote y Sancho y sobretodo, la estructura misma de la obra: una sucesión de variados episodios enlazados tan sólo por las personas de don Quijote y Sancho que sirven de eje unificador de toda la obra. II. Sobre el barrroco y la penitencia fingida/verdadera de don Quijote en la Sierra Morena y el amor fingido/verdadero entre Camila y Lotario. Tanto la penitencia figida/verdadera de don Quijote en la Sierra Morena, como el amor figido/verdadero en la novela "El curioso impertinente" han de entenderse dentro de su contexto histórico. Este contexto histórico es el barroco. El "Quijote" es una obra barroca y como tal ha de entenderse. El pensamiento paradójico es la esencia del barroco. Una paradoja es una contradicción que encierra una verdad o una sinrazón que encierra una razón. Es la fórmula barroca de fingir con la verdad la que nos permite desentrañar o entender el caracter de la penitencia de don Quijote. Hay dos elementos o características inherentes en esta fórmula: por un lado, la falta de linderos precisos entre la ficción y la realidad y por otro, la dialéctica de los contrarios. Los límites entre la ficción y la realidad se desvanecen ante la percepción estética del barroco, la realidad abarca la ficción y la ficción a la realidad. Por ende, cuesta mucho precisar hasta que punto está don Quijote fingiendo hacer penitencia o hasta que punto está en realidad haciendo penitencia. Por otro lado, tenemos la dialéctica de los contrarios: el paso de la acción fingida a su opuesto, la acción auténtica. Hay que reconocer que es una contradicción extrema que un loco finja volverse loco. El enunciado, "don Quijote es un loco" parece anularse y a primera vista parece que don Quijote está cuerdo, por lo menos en el episodio que estamos tratando. Esto podría parecer como una falla o falta de consecuencia en la caracterización de don Quijote por parte de Cervantes. No obstante, la penitencia de don Quijote debe de entenderse dentro del marco general de la obra: De tanto leer libros de caballerías, don Quijote pierde el juicio y se cree caballero andante. Don Quijote admira de sobremanera al Amadís de Gaula, el cual según él es "el solo, el primero, el único señor de todos cuanto hubo." Y muy claro en cuanto a su misión de caballero andante, don Quijote entiende que tiene que esmerarse por imitarlo: "Digo asimismo que, cuando algún pintor quiere salir famoso en su arte, procura imitar los originales de los más únicos pintores que sabe; y esta mesma regla corre por todos los más oficios o ejercicios…" Queda claro que, la penitencia de don Quijote es una imitación de, y es inspirado por, el Amadís de Gaula: "y una de as cosas en que más este caballero mostró su prudencia, valor valentía, sufrimiento, firmeza, y amor fue cuando se retiró, desdeñado de la señora Oriana, a hacer penitencia." La penitencia que empieza como una mera imitación del Amadís (fingimiento) se convierte en acción auténtica (dialéctica de los contrarios). Esto lo constatamos al analizar el texto, ya que presuponemos que don Quijote es sincero en cuanto a lo que dice y piensa en virtud del contrato implícito con el lector. Cuando Sancho le dice a don Quijote que deje de darse calabazadas por las peñas porque puede matarse y que, "ya que a vuestra merced le parece que son aquí necesarias calabazadas y que no se puede hacer esta obra sin ellas, se contentase, digo, con dárselas en el agua, o en alguna cosa blanda, como algodón…" Don Quijote le responde: "mas quiérote hacer sabidor de que todas estas cosas que hago no son de burlas, sino de veras; porque de otra manera, sería contravenir a las órdenes de caballería, que nos mandan que no digamos mentira alguna, pena de relasos, y el hacer una cosa por otra lo mesmo es que mentir." La fórmula paradójica de fingir con la verdad es más explícita y se ilustra con mayor detenimiento en la novela "El curioso impertinente". Cervantes la utiliza como recurso literario para aumentar aún más la complicación en esta novela de enredo. En un primer estadio, Anselmo, a raíz de un desbarajuste psíquico (obsesión, según él, comparable con los antojos de Las mujeres embarazadas), diseña un plan para poner a prueba la virtuosidad de su mujer Camila. De acuerdo a este plan, Lotario va a fingir solicitar a Camila, y Anselmo va a fingir no saber nada. Al principio Lotario rehusa solicitar a Camila, debido a la lealtad que le profesa a su amigo Anselmo, y engaña a Anselmo diciéndole que ha solicitado a Camila y ella ha rechazado todas sus insinuaciones, y que puede estar seguro de que ella es el ejemplo de la virtuosidad. En un segundo estadio, Lotario se enamora de Camila e impulsado por la pasión amorosa solicita a Camila. Lotario finge con la verdad ante Anselmo: Lotario le dice a Anselmo que está fingiendo solicitar a Camila cuando en realidad la está solicitando. Camila cede ante Lotario y se enamora también de él. En un tercer estadio, cuando Lotario le escribe versos de alabanza a Camila bajo el nombre de Clori, Anselmo finge con la verdad: Anselmo finge no saber lo que en realidad no sabe, que su amigo y su esposa están enamorados. En un cuarto estadio, luego de que Lotario, a raíz de un ataque de celos, le cuenta todo a Camila y le dice a Anselmo que Camila finalmente va a corresponder a su solicitud, Camila y Lotario montan una escena ficticia ante Anselmo, en la cual, Camila finge defender su honra y la de su marido ante la solicitud, fingida y real, de Lotario. En este último estadio del desarrollo de "El Curioso impertinente", la acción fingida y auténtica se entremezclan en un juego de apariencia y realidad típica del barroco: "Consideraba cuán enterado había de quedar Anselmo de que tenía por mujer a una segunda Porcia, deseaba verse con él para celebrar los dos la mentira y la verdad más disimulada que jamás pudiera imaginarse." |