Historia del Día de la Raza
 

 

 

Cristobal Colón
En busca de la tierra prometida

"El Descubrimiento: el 12 de octubre de 1492, América descubrió el capitalismo. Cristóbal Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad a las islas del mar Caribe. En su diario del Descubrimiento, el almirante escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor. Él no podía cansar los ojos de ver tanta lindeza en aquellas playas, y el 27 de noviembre profetizó: Tendrá toda la cristiandad negocio en ellas. Y en eso no se equivocó. Colón creyó que Haití era Japón y que Cuba era China, y creyó que los habitantes de China y Japón eran indios de la India; pero en eso no se equivocó". Eduardo Galeano, escritor uruguayo.

Cristóbal Colón, nació probablemente en Génova en 1451. Sus padres fueron Doménico Colombo y Susana Fontanarosa.

El misterio del mar atrajo su atención desde pequeño y así, a los l4 años de edad comenzó a navegar primero por el Mediterráneo y luego por el océano Atlántico hasta las costas de Islandia. Sabía de latinidad, matemáticas y cartografía.

En 1477 decidió vivir en Lisboa, Portugal, donde se estableció como "agente mercantil". Ese país era entonces el centro mundial de la navegación y de los viajes de descubrimiento, pues los portugueses estaban empeñados en encontrar un nuevo camino que los llevara al Asia, de donde provenían la seda, el oro y las especias más apreciadas por los europeos.

En Portugal, Colón conoció al sabio florentino Paolo Toscanelli. Tanto Colón como Toscanelli creían que la Tierra era redonda como un globo, de tal manera que si navegaba en línea recta de Portugal hacia donde el sol se pone, podría llegar al Asia, es decir, al oriente. Con esta certeza, Cristóbal Colón propuso primero al rey de Portugal y luego a los Reyes Católicos de España una expedición marítima para encontrar el nuevo camino.

Siete años esperó Colón a que los reyes de España se decidieran a apoyar su proyecto. Finalmente, con la protección de la reina Isabel de Castilla, pudo firmar un convenio el 17 de abril de 1492, conocido como Capitulaciones de Santa Fe, mediante el cual los Reyes Católicos lo hacían virrey de todas las tierras que descubriera y almirante del océano. Le concedían también la décima parte de todo lo que comerciara y el privilegio de nombrar jueces y autoridades de gobierno en los territorios que descubriera.