Las Siete maravillas del Mundo |
La
Estatua de Zeus en Olimpia
Nuestro
viaje saltará ahora un siglo adelante en el tiempo, pero en compensación
no recorreremos apenas distancia; tan sólo unos pocos kilómetros hasta
Olimpia, en la Élida, centro religioso de la antigua Grecia donde se
rinde culto al principal de entre todos los dioses: Zeus. Aquí, bajo el
monte Olimpo (uno de los muchos que hay en Grecia con ese nombre), se
celebra cada cuatro años la más famosa de las festividades en honor de
Zeus: la Olimpiada. Estamos
en el 450 a. de C., y se está terminado de construir el impresionante
templo de Zeus, para el que no se escatiman medios: los mejores escultores
de Grecia trabajan en él. Los dos frontones representan los preparativos
de la competición atlética de Pelópe y Enomao para obtener la mano de
Hipodamia, y la lucha entre lapitas y centauros en la boda de Piritoo.
Estos frontones, junto con las metopas, serán considerados no sólo el más
importante conjunto escultórico del estilo severo, sino las más notables
series escultóricas del arte clásico griego junto con el Partenón. Su
autor, de quien no se sabrá el nombre, será conocido como el Maestro de
Olimpia. Pero
nos queda por ver lo mejor del templo: la estatua de Zeus. Para realizarla
se ha llamado nada menos que al más famoso de entre todos los escultores
de la antigua Grecia: Fidias. Su estilo, por su plasticismo, por su
equilibrio en la elección de temas, en la composición y en las gradación
de los efectos del claroscuro, por su representación esencial, sin ser
detallada, del cuerpo humano, por su majestuosa y noble serenidad, y por
su armonía de formas, consigue ser la encarnación de los ideales del
arte griego. Fidias
pone manos a la obra representando al dios sentado sobre un trono. La
inmensa estatua no puede ser más llamativa a la vista: Fidias emplea la técnica
crisoelefantina, consistente en cincelar sobre marfil y añadir por encima
oro, representando la carne y las vestiduras del personaje. Y además de
todo esto, el trono está adornado por diversas pinturas. Fidias empleará
más de un año en llevar a cabo la estatua, lo cual nos da idea de su
gran tamaño y de su detalle y calidad. A
diferencia de las dos maravillas anteriores, esta va a perdurar durante
bastante tiempo: unos mil años, hasta que los terremotos que se producirán
en el siglo VI d. de C. destruyan el templo en su mayor parte.
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