Africa

 

 

 

Demografía

 

Aunque África ocupa una cuarta parte del total de la superficie terrestre, sólo tiene el 11,5% de su población. A mediados de la década de 1980 la población total del continente se estimaba en 550 millones. La densidad media, unas dieciocho personas por kilómetro cuadrado, es inferior a la mitad de la media mundial. Esta cifra incluye grandes áreas, como los desiertos del Sahara y Kalahari, que están prácticamente deshabitados. Cuando se calcula la población que vive de la tierra de labor o productiva, la densidad media se incrementa hasta 139 personas por kilómetro cuadrado. Las áreas más densamente pobladas del continente son las de las costas septentrionales y occidentales, en las cuencas de los ríos Nilo, Níger, Congo y Senegal y en la meseta oriental africana. Nigeria, con una población de alrededor de 89 millones de habitantes, es la nación más poblada de África.

La tasa de nacimientos es del 46‰, en contraste con la tasa europea del 14‰. La difusión de los servicios médicos desde la II Guerra Mundial es la causa de la brusca disminución en las tasas de mortalidad, en torno al 17‰. La población africana se incrementa anualmente un 2,9%. No obstante, estas estadísticas varían bastante según los países y las regiones. Los jóvenes son el grupo más numeroso en cuanto a la distribución por edad. En la mayoría de los países africanos la mitad de la población tiene quince años de edad o menos.

La población africana continúa siendo rural en su mayoría; sólo una quinta parte de la población vive en ciudades de más de 20.000 habitantes. El norte de África es la zona más urbanizada, pero en todo el continente se pueden localizar ciudades importantes. Algunas ciudades africanas con más de un millón de habitantes son Alejandría, Gizeh y El Cairo en Egipto; Argel, en Argelia; Casablanca, en Marruecos; Lagos, en Nigeria; Addis Abeba, en Etiopía; Abidján, en Costa de Marfil; Kinshasa, en República Democrática del Congo, y Johannesburgo y Ciudad de El Cabo, en Sudáfrica. Los centros urbanos actúan como polos de atracción de gran cantidad de inmigrantes, ya sea como habitantes permanentes o como trabajadores temporales. El crecimiento urbano ha sido particularmente rápido desde la década de 1950. Se ha desarrollado una considerable corriente migratoria de trabajadores, sobre todo centroafricanos, a las minas y factorías de Zambia, Zimbabwe y Sudáfrica, de norteafricanos a Francia y, más recientemente, a los países pertenecientes a la Unión Europea. Las guerras civiles en ciertos países han provocado migraciones masivas de refugiados, al igual que las sequías y las hambrunas.