Francia |
Cultura La cultura francesa está íntimamente relacionada con
el desarrollo cultural del mundo occidental, en particular en las áreas
de las artes y de las letras. París ha sido considerada durante mucho
tiempo como el origen de la cultura francesa. Durante la edad media,
Francia fue un destacado foco cultural en Europa; después, la riqueza de
la monarquía francesa en los siglos XVI, XVII y XVIII subvencionó el
arte a una escala comparable con la del Papado, lo que atrajo a París a
la mayoría de los talentos artísticos de Europa. El aumento de la
riqueza también permitió el crecimiento de una clase acomodada, que
tenía tiempo y medios para practicar la elegancia en el vestir, en el
comportamiento social, en la arquitectura y en el diseño, desarrollando
unos estilos y unas formas sociales que todavía perduran en la cultura
occidental. En el siglo XX, el cine francés asumió una posición
importante en el mundo, particularmente en la década de 1960 con el grupo
de directores cinematográficos de la nouvelle
vague (‘nueva ola’). Pintura
y arquitectura Francia ha sido la cuna de muchos pintores
mundialmente famosos y de importantes movimientos pictóricos, como el
impresionismo. Entre los pintores manieristas franceses del siglo XVI
destacan Jean Clouet y su hijo François; durante el barroco, en el siglo XVII,
encontramos a Georges de La Tour, Nicolas Poussin y Claude Lorrain. Los
maestros más conocidos del rococó francés, en el siglo XVIII,
fueron Antoine Watteau, François Boucher, Jean Fragonard, Jean Chardin y
Jean Greuze. París se convirtió en el centro artístico de Europa en el
siglo XIX. Jacques Louis David, cuya influyente carrera comenzó en
el último cuarto del siglo XVIII, desarrolló la parte más
destacada de su obra a principios del siglo XIX, al igual que los
pintores románticos Ingres, Delacroix y Géricault. Entre los artistas
más notorios de mediados del siglo XIX están Gustave Courbet,
Honoré Daumier, Jean François Millet y Jean-Baptiste-Camille Corot. La
escuela impresionista, inspirada por la obra de Édouard Manet, surgió
alrededor de 1872; sus miembros más importantes fueron los pintores
Claude Monet, Camille Pissarro y Pierre Auguste Renoir. Los principales
artistas postimpresionistas franceses de finales del siglo XIX fueron
Edgar Degas, Paul Cézanne y Paul Gauguin; también destaca en este
periodo la actividad de Henri Rousseau y de Gustave Moreau. Entre los
artistas franceses más célebres del siglo XX se encuentran Henri Matisse,
Georges Braque, Georges Rouault, Marcel Duchamp, Fernand Léger, Pierre
Bonnard y Jean Dubuffet. En arquitectura, a mediados del siglo XI se
desarrolló en Europa occidental el estilo románico, cuyo modelo inicial
fue el monasterio benedictino de Cluny, en Borgoña (casi destruido
totalmente durante la Revolución Francesa). Se conservan magníficos
ejemplos, algunos posteriormente reconstruidos, como las iglesias de
Sainte Foy de Conquer, Saint Sernin en Toulouse, la Madelaine de Vèzelay,
y las catedrales de Autun, Cahors y Aviñón. Francia es también conocida por sus grandes iglesias góticas, levantadas entre los siglos XII y XV. En particular, son significativas la iglesia abacial de Saint-Denis, la Sainte-Chapelle de París y las catedrales de Amiens, Chartres, París y Reims. Entre las edificaciones renacentistas cabe mencionar el palacio de Fontainebleau y los famosos castillos del Loira. Las manifestaciones barrocas más destacadas en Francia son las ampliaciones neoclásicas del gran palacio de Versalles y del Museo del Louvre, en París. Entre las construcciones más conocidas del siglo XIX se encuentran la Segunda Ópera Imperial de París (1861-1875), de Charles Garnier, y el símbolo de la ciudad, la torre Eiffel (1889), en hierro forjado. En el siglo XX, los arquitectos Auguste Perret y Le Corbusier (un suizo residente en París) realizaron una obra notable por sus diseños revolucionarios y atrevidos, utilizando cemento y acero como principales materiales de construcción. Música Francia tiene una larga y distinguida tradición
musical. Desde el siglo XI hasta el siglo XII, se produjeron en
el norte las canciones de gesta (chansons
de geste), poemas épicos narrados por juglares; los trovadores,
poetas y músicos aristocráticos que escribían canciones elocuentes
sobre el amor cortesano, la guerra y la naturaleza, interpretaban estas
obras en el sur del país. El más influyente de los compositores franceses del
siglo XIV fue Guillaume de Machaut, notable representante de la
música vocal polifónica, tanto sacra como secular. En los siglos XV
y XVI, canciones, motetes y música sacra destacan entre las
composiciones musicales más importantes. En la segunda mitad del siglo XVI, el músico de
origen italiano Jean Baptiste Lully creó un estilo operístico francés
al combinar los espectáculos cortesanos tradicionales con las tramas de
los dramas contemporáneos franceses, creando así unas formas musicales
que unían la danza con la ópera italiana. A principios del siglo XVIII,
François Couperin y Jean Philippe Rameau compusieron suites para
clavicordio; este último compositor también es conocido por óperas como
Castor et Pollux y Les Indes
galantes. A finales del siglo XVIII y en el siglo XIX,
muchos compositores de ópera extranjeros desarrollaron su obra en París,
como Gluck, Cherubini, Grétry, Meyerbeer y Offenbach. Entre los
compositores operísticos franceses del siglo XIX destacan Jacques
Halevy, Charles Gounod, Georges Bizet y Jules Massenet. El principal
compositor francés de música orquestal de principios del siglo XIX
fue Hector Berlioz. Camille Saint-Saëns comenzó su actividad a mediados
del siglo XIX y fue maestro de Gabriel Fauré. A finales del siglo XIX,
Claude Debussy compuso una amplia variedad de trabajos en nuevos estilos
con reminiscencias literarias y pictóricas. A principios del siglo XX, Maurice Ravel produjo obras
de perfil más formal. Les Six, un grupo de compositores neoclásicos
formado en 1918-1919, contaba con Darius Milhaud, Francis Poulenc y
Georges Auric, cuyo trabajo recibió la influencia del excéntrico Erik
Satie. Ígor Stravinski trabajó en París en las décadas de 1920 y 1930.
Entre los compositores franceses más recientes destacan Olivier Messiaen
y Pierre Boulez. Bibliotecas
y museos La mayoría de las capitales de provincia francesas
tienen bibliotecas municipales y museos, pero la principal concentración
de estas instalaciones se encuentra en París; entre sus principales
bibliotecas destacan la Biblioteca Nacional de Francia, con más de nueve
millones de volúmenes, y las bibliotecas universitarias de la ciudad. El
Louvre, también en París, contiene una de las mayores y más importantes
colecciones de arte del mundo. Otro museo parisino, el Centro Nacional de
Arte y Cultura Georges-Pompidou, alberga notables pinturas y dibujos del
siglo XX. Muchas de las grandes obras maestras de la arquitectura francesa,
como iglesias, catedrales, castillos y palacios, se conservan como
monumentos nacionales. |