Francia |
Los Merovingios La dinastía de Clodoveo, los Merovingios, denominados
así por su fundador, Meroveo (reinó entre el 448 y el 458), gobernó
hasta el año 751. De acuerdo con la costumbre franca, todas las
posesiones del rey, incluso el título real, se dividían a su muerte
entre sus hijos. Debido a esta práctica, la Francia merovingia se
caracterizó por una continua desunión que culminó en la guerra civil
del siglo VI. El reino se unificó de nuevo en el 613 bajo Clotario II
(613-629) y Dagoberto I (629-639). Después comenzó a decaer con el
mandato de una serie de reyes débiles e incompetentes. Durante este
periodo, el poder comenzó a concentrarse en manos de los mayordomos de
palacio, oficiales reales que administraban personalmente los territorios
del rey. Entre ellos surgieron conflictos, reminiscencias de los que habían
aparecido entre los primeros merovingios. A finales del siglo VII, un
mayordomo de palacio, Pipino de Heristal, miembro de la familia de los
Arnulfung de Austrasia (región del este de Francia y del oeste de
Alemania), adquirió preeminencia sobre sus rivales y extendió con éxito
su autoridad sobre los reinos francos de Neustria y Borgoña hacia el
oeste y el sur. Le sucedió su hijo, Carlos Martel, quien reunió un ejército
franco que repelió la invasión musulmana procedente de la península Ibérica
en el 732 en la batalla de Poitiers. En el 751 el hijo de Martel y su
sucesor, Pipino el Breve, depuso a Childerico III, el último rey
merovingio, y fue coronado rey de los francos por san Bonifacio. |