Italia

 

 

Ríos y lagos

 

De los numerosos ríos que recorren su superficie los principales son el Po y el Adigio. El Po, de 670 km de longitud, es navegable desde Turín hasta su desembocadura en el mar Adriático. Con sus tributarios forma una red de vías fluviales interiores de aproximadamente 965 km. El Adigio, de 355 km de longitud, penetra en Italia después de haber recorrido la provincia austríaca de Tirol y, siguiendo un recorrido hacia el este, al igual que el Po, desemboca en el Adriático. Ambos ríos presentan un cauce lento que facilita la acumulación de sedimentos aluviales en su lecho haciendo que sean menos profundos.

En general, los ríos italianos son poco profundos y a menudo se secan en el verano, por lo que no son importantes de cara a la navegación o la industria. Los principales ríos peninsulares son el Arno, el Tíber y el Po. Desde su nacimiento en los Apeninos, el Arno fluye en dirección oeste unos 225 km a través de un valle agrícola intensamente explotado y de las ciudades de Florencia y Pisa. El Tíber nace cerca del Arno y pasa por Roma. Tanto en la región septentrional como en la peninsular abundan los lagos. Los más importantes de la Italia septentrional son el Garda, el Mayor, el Como y el Lugano; entre los peninsulares, mucho más pequeños que los primeros, se encuentran el Trasimeno, el Bolsen y el Bracciano.