Ruanda

 

 

Historia

 

Los primeros habitantes conocidos de Ruanda son los twa. Los hutu, procedentes probablemente de la cuenca del río Congo, se habían asentado en el siglo XV, cuando los tutsi, procedentes del norte, conquistaron la región. En la sociedad feudal impuesta por los tutsi, los hutu fueron reducidos a una casta de siervos sometida y económicamente dependiente de la nobleza tutsi. El sistema de castas fue rígidamente mantenido; en él, el matrimonio entre castas era infrecuente. Los reyes, o mwamis, se transformaron en los monarcas absolutos de la región. (Véase también Burundi).

Dominio extranjero

En 1858, John Hanning Speke fue el primer europeo en visitar la región. En la década de 1880 recorrieron el territorio exploradores alemanes y el clero católico fundó misiones. En la Conferencia de Berlín (1885), los territorios de Ruanda y Burundi (entonces llamada Urundi) quedaron asignadas al África Oriental Alemana. Los gobernadores indígenas mantuvieron buenas relaciones con los alemanes y más tarde con los belgas, quienes ocuparon el país durante la I Guerra Mundial (1914-1918). Después de la guerra, la región pasó a denominarse Ruanda-Urundi y se convirtió en Mandato administrado por Bélgica. Tras la II Guerra Mundial (1939-1945), se convirtió en fideicomiso de las Naciones Unidas (NU).

A medida que la conciencia política nacionalista crecía entre los africanos tras la II Guerra Mundial, los hutu incrementaron sus protestas sobre la desigualdad política y social existente en Ruanda. En 1959, el antagonismo entre los tutsi y los hutu llevó al estallido de conflictos raciales; un año después, el rey tutsi huyó del país, seguido por 200.000 miembros de esta etnia. En enero de 1961 se estableció la república. En las elecciones celebradas en septiembre de ese mismo año, el partido Parmehutu obtuvo la gran mayoría de los escaños de la Asamblea Nacional, que votó contra la restauración del monarca.

Independencia

 

Ante la persistencia del régimen de fideicomiso de las Naciones Unidas, Bélgica otorgó a Ruanda la independencia el 1 de julio de 1962, con Grégoire Kayibanda, líder del Parmehutu (Partido del Movimiento de Emancipación del Pueblo Hutu), como su presidente. El Parmehutu volvió a ganar las elecciones de 1965 y 1969, y Kayibanda fue en ambas ocasiones reelegido.

En 1963, algunos exiliados tutsi regresaron a Ruanda en forma de ejército revolucionario. Aunque sin éxito, el intento de invasión provocó una masacre tutsi a manos de los hutu, que después sería seguida por constantes conflictos interétnicos. Al mismo tiempo, miles de víctimas hutu procedentes de Burundi se refugiaron en Ruanda. En julio de 1973, el ministro de Defensa, el general Juvenal Habyarimana, dirigió un sangriento golpe de Estado que derrocó a Kayibanda. Habyarimana, un hutu del norte, acusó a Kayibanda de favorecer los intereses de los hutu del sur y de tratar de monopolizar el poder del país. Tanto el Parlamento como el Parmehutu fueron disueltos tras el golpe. La actividad política continuó en 1975 con la formación de un nuevo partido gobernante llamado Movimiento Revolucionario Nacional para el Desarrollo (MRND). En 1978, se aprobó una nueva Constitución y el presidente de la República, Habyarimana, fue confirmado en el cargo por otros cinco años.

Después de frustrar otro intento golpista en 1980, Habyarimana fue reelegido sin oposición en 1983 y nuevamente en 1988. En 1990, Bélgica y varias naciones centroafricanas enviaron tropas a Ruanda para oponerse a invasores exiliados tutsis procedentes de Uganda. Una nueva Constitución que permitía el multipartidismo entró en vigor en 1991 y se designó un primer ministro que organizara un gobierno de transición de cara a las elecciones multipartidistas previstas para 1995. También en 1991, el MRND se convirtió en el Movimiento Republicano Nacional para la Democracia y el Desarrollo.

En abril de 1994, poco después de finalizar las negociaciones de paz con el Frente Patriótico de Ruanda, que apoya a los tutsi, Habyarimana, así como el presidente de Burundi, Cyprien Ntaryamira, murieron en un sospechoso accidente aéreo. La muerte de Habyarimana provocó una oleada de violencia étnica, que hizo que el secretario general de las Naciones Unidas, Butros-Gali, acusara al ejército de Ruanda, defensor de los hutu, de genocidio contra el pueblo tutsi. Durante los siguientes meses, unos 500.000 ruandeses, tutsi en su mayoría, fueron masacrados. El frente Patriótico de Ruanda movilizó un ejército propio e inició la guerra civil. El gobierno francés envió en junio 2.500 hombres a Ruanda, que establecieron una zona de seguridad en la parte suroeste del país. Pero los intentos por alcanzar un alto al fuego no tuvieron éxito y las fuerzas del Frente Patriótico de Ruanda tomaron el control del conflicto.

Tras capturar la capital de Kigali, las tropas del Frente empezaron a presionar al Ejército de Ruanda y a los civiles hutu hacia el noroeste, en dirección a la frontera de Ruanda con Zaire. A mediados de julio, cerca de 1,2 millones de ruandeses habían huido del ejército del RPF, y atravesado la frontera con Zaire, y crearon enormes campos de refugiados alrededor de la ciudad de Goma. Se movilizó la cooperación internacional, que se esforzó por ayudar a los refugiados, pero no había suficiente abastecimiento y los brotes de enfermedades eran muy extensos. Aunque se declaró el alto el fuego y muchos refugiados querían volver a Ruanda, muchos de ellos, en especial los hutu, temían por las previsibles persecuciones del Frente Patriótico.

En julio de 1994 se estableció en Ruanda un gobierno respaldado por el Frente Patriótico, cuyo presidente es Pasteur Bizimungu. A principios de agosto, se calculó que alrededor de una cuarta parte de la población estimada antes de la guerra, más de 8,1 millones de habitantes, había muerto o bien abandonado Ruanda.