Suiza |
Historia
Durante el periodo de expansión del Imperio romano el
territorio de la actual Suiza estaba habitado por los helvéticos en el
oeste y por los réticos, un pueblo que se cree emparentado con los
etruscos, en el este. Las legiones romanas bajo el mando de Julio César
dominaron la región, que se empezó a conocer con el nombre de Helvetia (Helvecia),
en el siglo I a.C., y la romanizaron completamente. Los burgundios y los
alamanes, que entre otros pueblos protagonizaron la primera oleada de
invasiones germánicas en el siglo IX d.C., ocuparon Helvetia. La
edad media Los francos a su vez conquistaron el territorio de los
alamanes en el siglo V d.C. y sometieron a los burgundios a principios del
siglo VI. Introdujeron una nueva civilización basada en el cristianismo.
Tras la disolución del Imperio carolingio en el siglo IX, la mayor parte
de Suiza pasó a manos del ducado de Alamania, o Suabia, uno de los
grandes estados feudales del reino de Germania; el sector suroccidental
fue incorporado al reino de Borgoña. En 1033 el emperador del Sacro
Imperio Romano Conrado II adquirió la porción de Borgoña y Suiza pasó
a formar parte del Imperio. Éste consistía en un conjunto de pequeños
estados dirigidos por duques, condes, obispos y abades, y varias ciudades
estado, independientes por privilegio imperial, que después serían repúblicas
cantonales. La
lucha por la independencia En 1276 el emperador del Sacro Imperio Romano Rodolfo
I de la Casa de Habsburgo intentó hacer valer las leyes feudales en Suiza
y amenazó las libertades tradicionales de los suizos. Para resistir la
agresión de Rodolfo, los denominados 'Cantones Forestales' —Uri, Schwyz
y Unterwalden— crearon la Liga Perpetua de carácter defensivo en 1291.
Durante el siglo XIV y después de varias derrotas de los ejércitos
imperiales (batalla de Morganten en 1315), Zurich, Glaris, Berna y Zug se
unieron a esa liga, y en el siglo XV lo hicieron Friburgo y Solothurn. En
1474 los Habsburgo, incapaces de enfrentarse a los belicosos habitantes de
los pueblos de las montañas de Suiza, abandonaron las tentativas de
adquirir la región como herencia familiar y la Confederación Suiza se
independizó del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1499 el emperador Maximiliano I trató de abrogar
varios derechos gubernamentales suizos. Fue derrotado en la guerra de
Suabia, que se desencadenó a continuación y según el Tratado de Basilea,
firmado el 22 de septiembre de 1499, se vio obligado a reconocer la
independencia de Suiza. En 1513 Appenzell, Schaffhausen y Basilea
ingresaron en la Confederación, cada uno como cantón independiente, y
enviaron dos delegados a la asamblea federal. Debido a su habilidad y
bravura en la guerra, los mercenarios suizos se hicieron famosos en toda
Europa; en el transcurso de las guerras entre Italia y Francia (a
principios del siglo XVI) las tropas suizas, luchando al lado de los
franceses, hicieron posible la anexión de los distritos y ciudades
italianos que más tarde formaron el cantón de Tesino. Las tropas suizas
se enfrentaron después a los franceses y fueron derrotadas en 1515. Esto
llevó a la introducción en Suiza de la política de neutralidad. En
1536, Berna incorporó Lausana y varios territorios del ducado de Saboya. La
Reforma La Reforma protestante en Suiza comenzó en 1518,
cuando un cura rural, Ulrico Zuinglio, empezó a denunciar la venta de
indulgencias por parte de la Iglesia católica. Posteriormente, bajo la
dirección de Zuinglio, Zurich se levantó contra el dogma católico, quemó
los objetos de culto, prohibió la adoración de los santos y liberó a
los clérigos de su voto de celibato. Vigorosamente respaldadas por los
comerciantes, estas innovaciones afirmaron la independencia de la ciudad
tanto de la Iglesia católica como del Sacro Imperio Romano. Otras
ciudades suizas, como Basilea y Berna, adoptaron reformas similares rápidamente.
En 1536, Ginebra, donde se instaló el teólogo francés Juan Calvino, se
levantó contra el ducado de Saboya y se negó a obedecer la autoridad de
su obispo católico. Calvino organizó su Iglesia desde principios democráticos
e incorporó ideas del gobierno representativo aunque en la práctica
instauró un régimen autocrático reprimiendo duramente cualquier oposición.
Desde 1541 hasta 1564 Ginebra se convirtió en el baluarte de la rama
calvinista del protestantismo. Aunque los cantones mantuvieron su
neutralidad durante la guerra de los Treinta Años (1618-1648), la
diplomacia suiza fue capaz de lograr el reconocimiento formal de la
Confederación Suiza como un Estado completamente independiente en la Paz
de Westfalia en 1648. Unificación
Durante la última década del siglo XVIII la Revolución
Francesa se extendió a Suiza. Los franceses intervinieron continuamente
para apoyar a los revolucionarios suizos que intentaron promover reformas
políticas y establecer un gobierno nacional fuerte; en 1798, los
franceses ocuparon todo el territorio suizo. La Confederación Suiza hasta
entonces había sido una alianza defensiva poco firme, pero Napoleón
Bonaparte, el futuro emperador de Francia, unificó el país bajo el
nombre de República Helvética e impuso una Constitución que, como la
ocupación militar francesa, ofendió amargamente a la mayoría de los
suizos. En 1803, cuando le interesó obtener el apoyo de Suiza, Napoleón
retiró las tropas de ocupación y por el Acta de Mediación garantizó
una nueva Constitución con la aprobación de los suizos, por la que se
recuperaba la organización federal. El Congreso de Viena (1815) reconoció
la neutralidad perpetua de la Confederación Helvética y el territorio
suizo se amplió hasta quedar conformada por 22 cantones; desde esa fecha
las fronteras del país han permanecido invariables. El periodo posterior a la integración de Suiza fue un
intento de ajuste a su reciente unidad. Existieron conflictos ente los
elementos autocráticos y democráticos, y entre los católicos y los
protestantes. En 1847 los cantones católicos formaron una liga, el Sonderbund,
que fue considerado por el gobierno federal como una violación a la
Constitución. La guerra civil estalló cuando la liga se negó a
disolverse; el gobierno federal derrotó al Sonderbund y se promulgó una
Constitución en 1848 que incrementó en gran medida el poder federal. A
esta le siguió la Constitución de 1874 que, con modificaciones,
permanece todavía en vigor; esta ley suprema completó la evolución de
Suiza desde un grupo de cantones hasta un Estado federal unificado. A
pesar de ello, Suiza es poco común en lo referente al poder que da a los
cantones y a las communes
individuales; por ejemplo, hay communes
que conceden la ciudadanía suiza de forma independiente respecto al
gobierno federal. Un
Estado neutral Debido a su neutralidad tradicional, Suiza se ha
convertido en el lugar predilecto para celebrar conferencias
internacionales y albergan las sedes de muchas organizaciones. La oficina
principal de la Cruz Roja Internacional se estableció aquí en 1863, así
como la sede de la Sociedad de Naciones tras la I Guerra Mundial. Suiza
fue miembro de la Sociedad de Naciones, pero al mantener su estatuto de
neutralidad y recoger a refugiados políticos durante la II Guerra Mundial,
el país se negó a pertenecer a la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
ya que consideraba que ciertas obligaciones que imponía dicha organización
eran incompatibles con su neutralidad. Sin embargo, el país es miembro de
varias agencias afiliadas a la ONU y tiene un observador permanente en
esta organización. También perteneció a varias comisiones nacionales
neutrales para supervisar el acuerdo de tregua de 1953 durante la guerra
de Corea; realizó contribuciones monetarias a los intentos de la ONU para
mantener la paz en Chipre, y es miembro del Acuerdo General sobre
Aranceles y Comercio que intenta mejorar las relaciones comerciales
mundiales. En 1948 Suiza se unió a la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico Europeo (OCDE). Fue miembro
fundador de la Asociación Europea de Libre Comercio en 1959 y en 1963
entró en el Consejo de Europa. En 1992 Suiza solicitó su ingreso en la
Comunidad Europea (en la actualidad Unión Europea), pero posteriormente
retiró su petición para preservar su neutralidad. Asuntos
internos En febrero de 1971 por primera vez Suiza garantizó a
las mujeres el derecho a voto en las elecciones federales y a ocupar
cargos federales; en 1979 las mujeres ocupaban más del 10% de los escaños
del Nationalrat (Consejo
Nacional). Aunque la mayoría de los cantones extendieron el sufragio
femenino, el proceso no se completó hasta 1990. En un referéndum
celebrado en 1981, se aprobó la enmienda constitucional de la igualdad de
derechos; otro referéndum en 1985 garantizó la igualdad legal de las
mujeres con los varones en el matrimonio. Otros referendos celebrados
durante la década de 1980 confirmaron el sistema suizo de servicio
militar obligatorio (1984), rechazaron las restricciones al aborto y a
varias formas de contracepción (1985), prohibieron la entrada de Suiza en
la ONU (1986), reforzaron las restricciones a la inmigración y la garantía
de asilo político (1987) y rechazaron una propuesta para abolir el
servicio militar (1989). En respuesta a las presiones internacionales Suiza
hizo más flexible su empeño tradicional en mantener el secreto bancario
y permitió el acceso a investigadores internacionales a informes
bancarios en casos de sospecha de adquisiciones o utilizaciones ilegales
de fondos. Como consecuencia del desastre nuclear de Chernobil en
abril de 1986, tuvieron lugar grandes manifestaciones que ponían en duda
la seguridad de las cinco centrales nucleares de Suiza y de su programa
nuclear. En respuesta, el gobierno suspendió la construcción de la sexta
central en 1989. Al año siguiente se aprobó en referéndum una propuesta
para suspender la construcción de centrales nucleares durante 10 años. En 1990 salió a la luz pública que la policía
secreta del país tenía archivos secretos de unas 200.000 personas. Tras
los disturbios de Berna las leyes de seguridad del Estado se volvieron
menos severas y se pusieron en su lugar nuevas regulaciones para controlar
a la policía. En 1992 Suiza inició el fin de décadas de fuerte
independencia mediante su unión al Banco Mundial y al Fondo Monetario
Internacional. Sin embargo en diciembre de ese año los votantes suizos se
negaron a ingresar en el Espacio Económico Europeo, una zona de libre
comercio que une a muchos países europeos occidentales. La votación se
consideró como indicio de la oposición general al ingreso en la Unión
Europea, movimiento que favorecía el gobierno suizo y que todavía
persigue. Las esperanzas de que esto sucediera crecieron en noviembre de
1993, cuando los votantes aprobaron un impuesto sobre el valor añadido (IVA)
más en línea con la estructura impositiva de los miembros de la Unión
Europea. El impuesto había sido rechazado tres veces en votaciones
anteriores. A principios de 1994 los suizos votaron para restringir el tránsito
de camiones pesados a través de su país desde el año 2004 como medida
de protección ambiental. La aplicación de esta medida podría afectar
negativamente a las futuras relaciones con el resto de los países
europeos. |