Aibonito Aiboniteños |
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La Ciudad de las Flores, La Ciudad Fría, El Jardín de Puerto Rico, La Nevera de Puerto Rico
Alcalde: Hon. José Alberto Díaz Robles (PPD). Información general Don Manuel Vélez funda Aibonito el 13 de marzo de 1824, al solicitar que la aldea fuera declarada pueblo mediante separación de la antigua Villa de Coamo. Anterior a eso, se llamaba Laybonito y estaba dedicado a la ganadería. Su superficie tiene 31.3 millas cuadradas, 81.1 kilómetros cuadrados. Su población es de 26,493 habitantes. El Cañón San Cristóbal se halla entre Aibonito y Barranquitas, éste es el único cañón de la Isla. Su iglesia, San José, fue la última construída bajo el dominio español en 1887. Elevación Su elevación es de 2,401 pies sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en el pueblo más alto de la Isla. Topografía Geográficamente, corresponde a la región denominada como la Sierra de Cayey. Sus suelos son propicios a la erosión. Su altura en La Sierra es de 2,394 pies; en la Torre Degetau, 2,109 pies; en el Asomante, 2,042 pies. Desde este útlimo, puede divisarse la bahía de San Juan y la isla Caja de Muerto. Hidrografía Ríos Cuyon, afluente del Coamo y sus tributarios las quebradas Algarrobo, del Obispo y Falsa; Aibonito, nace en el barrio Robles y tiene una extensión de 6 millas o sea 9.6 kilómetros; Usabón, nace en las colinas del Asomante y recibe las aguas del río Aibonito y de las quebradas Aguas Claras y Alicia; La Plata, que lo separa de Cidra, con sus afluentes las quebradas Honda y Gómez. Precipitación Su precipitación promedio es de 90 pulgadas anuales. Localización Aibonito está localizado en la Cordillera Central de Puerto Rico. Por el Norte limita con Barranquitas; por el noreste, con Cidra; por el este, con Cayey; por el sur, con Salinas; y, por el suroeste, con Coamo. Barrios Oficiales de Aibonito Asomante, Algarrobo, Caonillas, Cuyón, Llanos, Pasto, Plata, Pueblo y Robles.
Himno Por: Santa Guevara Marrero Aibonito, Aibonito, Aibonito Te recuerdo con mucho cariño Aibonito mi pueblo querido Dios Bendiga mi pueblo tan lindo
Bandera de Aibonito Los colores de la bandera son desde arriba para abajo: el azul, por el cielo, blanco, por la pureza del aire, rojo, por el amor patrio, y amarillo, por los valores culturales y tradicionales. Al lado del asta, vemos un triángulo verde, por las montañas, que muestra el escudo de armas.
Escudo de Aibonito Este escudo está dividido en cuatro cantones. El izquierdo superior muestra una montaña verde, con una espada en el centro y los colores nacionales de España en la base. Esto significa la localización de Aibonito en la zona montañosa del interior de la Isla. La montaña representa el Asomante. Los colores nacionales de España significan la herencia española. El cantón derecho superior está divido por dos ceñidores ondeados en forma de banda, de color plata en jefe derecho, el pensamiento de color púrpura y en la base contraria el lirio dorado. Las líneas ondeadas significan la neblina del invierno. El pensamiento reproduce la flor, declarada oficialmente de Aibonito en 1969. La flor de lis se refiere a San José, patrón de la iglesia parroquial del pueblo. Cantón izquierdo inferior sobre fondo azul se halla reproducida la torre de la Casa Manresa en oro. Cantón inferior derecho encontramos simbolizado el cañón de San Cristóbal. Las ondas azules y blancas indican las corrientes de aguas. En su parte superior, hay una concha que indica la heráldica a Santiago Apósto. El campo blanco del escudo indica la limpieza, honestidad y sinceridad. El azul indica el cielo claro de Aibonito, el verde se refiere a las montañas. Santo Patrón San José. Fiestas y actividades Festival de las Flores y Fiestas Patronales a San José (Julio), Festival del Pollo (Agosto), Maratón del Pavo y Festival de la Montaña (Noviembre). Lugares de interés Cañón de San Cristóbal, Casa Manresa, La Piedra de Degetau, La Trinchera de Asomante. Personajes ilustres Rubén Berríos Martínez (1939, abogado, político, presidente del Partido Independentista Puertorriqueño); Juan Martínez Capó (1923-1995, cuentista, poeta, editor, periodista y crítico); Manuel Álvarez Nazario (1924, profesor, lingüísta, escritor y miembro de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española); Rafael Pont Flores (1909-1980, periodista). Leyenda del Puente de la Llorosa La leyenda cuenta, que mucho, mucho tiempo atrás, hubo una lluvia torrencial, de varios días en todo Aibonito. Una tarde que una doncella regresaba a su casa. Blisinia Albey, que así se llamaba la doncella, regresaba a la casa de sus padres. Caminaba a pie, como de costumbre, ya que en aquellos tiempos no había autobús públicos. Llevaba a su hijo Paulino a la cintura y un paquete de ropa en la cabeza. Blisinia vivía en un sector de familias pobres que trabajaban en el cultivo del tabaco, y otros productos agrícolas. Estas familias llegaron a Aibonito de diferentes sitios en busca de trabajo. Cuenta la leyenda, que Lorenzano había llegado a la barriada procedente del sector Abejas, en busca de sus familiares y trabajo y fue allí que vio a la bella joven por primera vez. Al verla se enamoró perdidamente de ella. Esta hermosa joven, alta, trigueña, y de buen porte también se enamoró del joven y bien parecido Lorenzano. Una noche, ésta se escapó con el joven Lorenzano, a pesar de los ruegos de su familia que se oponían a los amores porque el joven era dado a la bebida. Él se la llevó para un pueblo costero. Pasaron varios meses, y un día Blisinia regresó a casa de sus ancianos padres, embarazada. Pasando el tiempo nació su hijo, al que llamó Paquito. Esa lluviosa tarde, en que regresaba a su casa, al llegar al puente se detuvo. Se sentó en uno de los muros y en un descuido su niño cayo al río y la corriente se lo llevó. Por más que ella gritó, pidiendo socorro nadie la oyó. La joven enloqueció de dolor y, todas las noches al dar el reloj las doce campanadas, la podían ver por el punte llorar a su hijo amado. Así fue, hasta que falleció. Se dice que cuando Lorenzano regresó, ya todos habían muerto: Blasinia, sus padres y toda la familia. Lorenzano al no encontrar a nadie, decidió marcharse. Al pasar por el puente, justamente debajo, escuchó el llanto de hambre de un niño. Buscó dentro de una bolsa que llevaba y sacó un pedazo de pan y empezó a mojarlo con su boca y ya blandito se lo dio al niño. Este lo miro con ojos grandes y en ese momento, Lorenzano vio que el niño tenía una boca grandísima y unos dientes grandes. ¡Jesús, si éste es Satanás! Y el fenómeno desapareció en el puente. Se cuenta que en el lugar todavía, a medianoche, a veces se oye una mujer llorando por su hijo.
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